DIARIO DE ZOLPIDEM: LA CASA EN DONDE SE SALVÓ MAMI
Viernes 10.45am_Parece que la sequedad de recién nacido no avanzó más. Las abominaciones de arriba no pararon de joder desde las 7am, no permiten que uno sencibilice sus células, ya que los repetitivos golpes de puertas y armarios devuelven el estado de la consciencia a su nivel anterior.
Sin embargo la presencia de Pifarré exhorta mímicamente a mi alma para que redacte acerca de la lluvia que se inauguró en su frágil y pintorezca existencia. A lo mejor el fin de semana traiga consigo la tranquilidad de una visita a Madrid de Andrea, y eso acalle un poco las ruidos de las vecinas de arriba. Ahora se han empecinado en caminar con tacones.
Cuando las chicas se van la casa embellece, el café sabe más consistente o las flores de la petuña se convierten en arrugados terciopelos color malva. Después que se va, me quedo un rato largo lamentando las horas que se desperdiciaron mientras toleraba el incivismo de mis jóvenes vecinas.
Radio Clásica me acompaña con un hermoso violín desde que me senté a escribir. Mozart despierta el brillo en las hojas de Pifarré; o mejora la sincronización entre los relojes y mi inconsciente para que cada vez que miro la hora aparezcan los capicúas en la numeración digital.
Domingo 1, 12am_Nuestros caminos deberían de haber quedado más allanados al término que nosotros ya los hemos transitado. Media madrugada se me ha ido en rezos para que Dios les de a las de arriba una vida mejor, a ver si cumpliendo todos sus sueños progresan y al fin se marchan de aquí a ver si puedo dormir. Creo que Andrea no está, pero una de ellas volvió a las 4 de la mañana. Y aunque se ve que intenta no molestar, de 4 a 5 molestó el taconeo en el techo. Hacen barullo contínuamente, eso impide que ejercite mi creatividad escribiendo sobre mis cosas, sólo me queda ir sublimando sobre el papel cada momento de privación que me causan sus fingidos comportamientos de rebeldes sin causa. Desde hace un año que su adversario está planeando estrategias, pensando en cuáles serán los posibles movimientos de mi rival.
La taza de café parece la pien de un dálmata. Es un espeso color cremita y después todas pintitas blancas. La sequedad en recién nacido no avanzó más por suerte y pifarré sigue bello, su hojita a medio secar tomó la forma semiespiral de un cuerno de buey. La vecina de arriba parlotea por móvil. El bullicio se acentúa según la emoción con la que defiende sus argumentos. En alguna de sus sus exclamaciones pone la voz finita, como quien se emociona hablando con un bebé.
Martes 7.20hs_Ayer vino la policía a ver qué pasaba con los ruidos de Andrea. Los agentes interpretaron que los ruídos provenían de otro departamento. Después todo fue silencio. Hasta seguramente ahora, que Andrea se levantará y empezará con los taconeos. Antes sonará la alarma del móvil con una melodía similar a la canción del pirata. Luego irá a desayunar y se oirá y se escuchará el corrimiento de la silla de la cocina en las baldosas frías del suelo.
Lo dicho: como una premonición diabólca se oyó el efímero chirrido de la silla que primero se aleja y luego se acerca a la mesa para desayunar. En el camino no se escucharon botas, tampoco quiero ilusionarme mucho puesto que de un momento a otro es posible que se oigan tacos golpeando el techo.
Mi caldera se enciende cuando ella va al baño. ¡Dios! ¡Qué ganas tengo de ir a dar una vuelta en bici! Pasaron 20 minutos desde que Andrea se levantó. Tengo la ilusión de que hoy no se escuchen botas por el techo gracias al susto que se llevaron ayer. La nueva radio am/fm SANDA y los cascosson una útil herramienta para no oír los rumores del piso de arriba. Pero la curiosidad por saber si hoy se iba a animar a hace ruido me ha hecho dejar los cascos encima del escritorio fumé. La alarmista caldera sigue encendiéndose, eso me avisa de que Andrea tcontinúa dando vueltas por ahí, a pesar de que todavía no he oído a los enojosos taconeos. Ya son las 8 y todavía no se escucharon los toctoctoctoc de sus botas de putera martillando el techo como un rodillo de golpes. Aunque no se descata nada: por el ventiluz del baño se ve bajar el vapor del baño de los de arriba mezclándose con la mañanita de niebla. Aunque todavía es pronto, hoy la radio no fue necesaria para evitar el ruido de Andrea. Quizá la advertencia de ayer consiga que las chicas civilicen su forma de vivir así como su personalidad pendenciera, y se vuelvan más consideradas finalmente.
En apariencia hoy no hay ningún ruido a excepción de las sirenas que se meten por la ventana. Durante este galicinio todo fue tranquilidad. Aunque ya terminé de escribir las 3 hojas diarias, no quiero abandonar mi escritura sin agradecer la amorosa presencia de Pifarré, que opaca la opaca la compañía de dos maceteros más.
2019
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