Pequeños golpes de suerte nos tocan en nuestras vidas cuando rezamos o escuchamos las plegarias de los demás... aunque nos les prestemos mucha atención

 

Martes 10.40hs_La nevada y el granizo de ayer por la tarde blanquearon el color de la tierra de las macetas, dejando las nubes altas como una estela multiforme en el cielo subtormesino. ¿Se habrán secado los manzanos?, pensé ni bien al verlos húmedos entre las bolitas de hielo de la granizada. Acabamos de tirar 10 euros a la basura. Le dije a mamá que me deje a mí, pero fue a la tienda y la empleada le cargó el móvil pero la dejó sin número de pin.

Es fascinante ver cómo evoluciona mamá. Sin zolpidem ha ido recuperando su personalidad sana, y más ahora que papá no nos está atormentando. Era el infierno. En fin. Ayer nos quedamos viendo un programa en Antena, una especie de Telemaratón pero sin llamadas. ¡Es monumental ver cómo se ríe al final de un chiste o cuando el payaso se cae al piso! Me hace muy feliz cerla evolucionar positivamente tras cada día que pasa. Tiene el don de la resilencia. Ya pasaron más de 2 meses sin zolpidem, y al equipo médico-fármaceútico le queda una semana de plazo para contestarme la reclamación que le escribía a Emiliano Rodríguez. ¡Se habrá querido morir! El mismo lunes que presenté la denuncia tuve una especie de señal sutil, mami fue a sacar turno y al regresar me contó que lo pilló discutiendo con el de la mesa de entrada. A través de esas casualidades uno puede deducir si los planes de la Providencia están a favor de nuestros objetivos.

Salvo el juicio que tengo por los insultos y alguna amistad que me duele haber perdido, o la dessconfianza de que Andre comience a hacer barullo en el piso de arriba justo ahora, pues la verdad que todo anda bien en la casa de Candelario.

Miércoles 9.30am_Hoy desperté angustiado, luego de haber discutido con mamá ayer a la noche. El Santo Rosario, las plantas en las macetas uniformes, o la escritura o el café... nada tiene la esperanza de otros días. Y al contrario de otros días, en donde mamá ya estaba despierta a estas horas, ella ahora sigue durmiendo con la cara mirando hacia la ventana.

La culpa descenlaza en el debate de mi conciencia lastimada, el cuarto misterio del Santo Rosario: a esta altura del rezo uno ya comienza a estar más calmado. En el oír las plegarias de los otros se detecta cierta repercución innegable que mejora nuestra fortuna, pequeños golpes de suerte nos tocan en nuestras vidas cuando rezamos o escuchamos las plegarias de los demás, aunque nos les prestemos mucha atención. Es como si Dios nos estuviera haciendo pequeñas llamadas de atención.



Dnld 2020



Consecuencia - wikipedia

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