DIARIO DE ZOLPIDEM: LA CASA EN DONDE SE SALVÓ MAMI
Viernes 7am_Es como una peste. Todo el tiempo molesta. Hizo una hora desde que el sueño no es tan profundo y me despertó el rechinar de su cama. No porque mantiene relaciones salvajemente, no. La cama está tan desvencijada que apenas se mueve ella hace un sonido horroroso, como si fuera una canoa a la deriva que cruje indeterminadamente. Pero lo más desagradable sucedió ayer y se viene dando desde hace 3 días o 4, cuando termina Dos hombres y medio. Más o menos a las 9 empieza una tertulia en la sala-comedor. Los pasos de las botas se vuelven insoportables también. Si estoy mirando la tele, si estoy en el comedor, si estoy durmiendo en la pieza, siempre y únicamente a ella la oigo con sus voces y otras de sus jodedoras costumbres, como si su vida fuera una continua radio que fastidia en todo momento. En medio de esta tortura un milagro sucedió ayer: mamá estaba por ir a solicitar zolpidem al médico, pero charlamos un poco y al menos por el momento se quedó en casa. Ella atraviesa at